A eso de las nueve de la noche en punto y ante un Movistar Arena repleto de banderas colombianas, venezolanas y chilenas, el gran Carlos Vives presentó en Santiago su “Vives Tour”, ese que también lo llevará a países como; Argentina, España y Estados Unidos durante el 2018.
Acompañado por su esposa Claudia Elena Vásquez y sus hijos más pequeños en primera fila, el Rey Del Ballenato dio inicio al concierto con “Pescaito”, canción que desde el minuto uno puso a todo el mundo de pie. Más tarde y con la energía y simpatía que lo caracterizan, dio paso a canciones como “Pa Mayte”, “El Sombrero de Alejo”, “Nota de Amor”, entre otras que mantenían al público cantando y bailando sin parar.
En ese encendido ambiente y luego de saludar a sus compatriotas, el colombiano agradeció al pueblo chileno por abrirle las puertas a todos aquellos extranjeros que han llegado hasta aquí en busca de un futuro mejor, asegurando que: “Mis hermanos son la gente más bonita, linda y buena que he conocido”.
Luego de sus palabras, comenzaron a sonar los primeros acordes de “La Foto de Los Dos”, uno de los sencillos que llena de nostalgia a quienes están lejos de su hogar y sus familias, porque con frases como “Regresar a mi pueblo, por el camino viejo y recoger mis pasos y empezar de nuevo”, se pudo ver a varias personas emocionadas en medio de abrazos y besos.
Después de eso y para emocionar aún más a todos ellos, el cantante invitó al escenario a un fan que algo nervioso, pero decidido, quiso realizar una petición muy especial a su novia, quien no entendía que pasaba hasta que su pololo sacó un anillo de su bolsillo para proponerle matrimonio. Ella, sin dudarlo respondió que sí, dando paso al inicio de “Quiero Casarme Contigo”.
Así entonces, con un sinfín de juego de luces y fuego, colores por todos lados, saltos, bailes, besos repartidos a todo el mundo y hasta un gorro de lana chileno que una fanática le regaló y usó por algunos minutos sobre el escenario, Carlos Vives, ese que inició sus lazos con este país en los noventa, reafirmó una vez más que con cada visita, ese lazo se fortalece y es irrompible.
*Fotos, Nathalie Ortiz